viernes, 24 de noviembre de 2017

Santa Rita




                                                                   Microrrelato





 Siempre que tenía algo que pedirle se acercaba, y desde los primeros bancos en susurros se lo contaba. No es que fuera muy creyente, pero en ella si creía, y aunque la visitaba muy poco, las veces que lo había hecho, sentía que le escuchaba, sentía que tenían comunicación, aunque fuera telepáticamente.

 En anteriores citas ya le echó una mano. Llegaba siempre un lunes temprano, cuando no había nadie, para estar de los primeros y que le atendiera en total exclusividad. Al terminar dejaba en el cepillo una buena "propina", para darle mas importancia a lo suyo, no vaya a ser que por ser rata no le hiciera caso su virgen.

 Mucho tiempo después de la ultima cita con ella, acudió a verla, también en lunes. Esta vez no iba a pedir, iba mas bien porque estaba molesto con lo ultimo implorado. Quería hablar con ella porque pidió trabajo para sus hijos, y de trabajo poco y malo, y creía  que su virgen o tenía mucho lio, o mas bien había pasado de él olímpicamente.

 Ya en el primer banco como siempre, empezó su comunicación telepática con ella. Que si mírame eso de los chicos...que si es que menudas edades y todavía en casa...que ya sabes que dejo buena propina siempre...y si no se puede hacer nada, pues va a ser que de los 50 euros que dejé a cuenta debería sobrar algo en vistas de que los chicos siguen igual. Ahí él noto telepáticamente que ella le mandó el mensaje de...Santa Rita Rita, lo que se dá, no se quita.... ni se devuelve.








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